Llorá con respeto

...acostada, decadentemente eufórica, con una botella de Grapamiel en una mano, el cigarro en la otra, lloraba, reía, volvía a llorar, enloqueciendo a mis amigas que, en su solidaridad femenina, no tenían idea de como ayudar...

9/25/2006

Culpas que desaparecen aportando a una ONG

Sucede que hoy, Javi (un chicote entrañable), un colega de trabajo hace un tiempo, y de la vida ahora, entre café y café y hablando un poco de las situaciones horrorosas que medio planeta vive, tipo: hambre, falta de agua, epidemias no controladas, y muerte, mucha muerte, una al lado de otra (según el barrio y el país que te toque en suerte), al preguntarle porqué somos tan poco solidarios, me responde: “Tía, yo colaboro todos los meses con una ONG , y mi hermano tiene apadrinado a un niño en Intervida“.

La charla consistió en un cuestionamiento continuado por mi parte, en cuanto a la comodidad y la dejadez que tenemos casi todos, y de la poca militancia en temas verdaderamente importantes, sustanciales y básicos. Vamos a una marcha “por vivienda digna” o a una “manifestación medioambiental”, que para mí, está muy pero que muy bien, y también, por contrapartida observo, que llama más gente a votar por un personajillo de Gran Hermano, que a un teléfono de una ONG, que sugieren en alguna publicidad muy de tanto en tanto (menos en Navidades, que nos bombardean con todo tipo de mensajes sensibileros).

En todo esto me he quedado pensando un rato, y me he preguntado también ¿cuánto de culpa tienen las ONGs con sus campañas marketineras (¿inocentes?), en este asunto?
No sé, yo tengo la impresión que las publicidades de las ONGs suenan a eso, a marketing puro, por supervivencia, por llamar como mejor puedan la atención sobre su ‘producto’ (con todo respeto), pero no dejan de ser iguales a las publicidades de una marca de ropa o de desodorante.

Entonces, suena fácil: “apadrina un niño tercermundista por 10 € mensuales: para él significa vivir con agua y/o educación, para ti, significa un solo gesto”, desde tu cuenta bancaria.
Y esta superficialidad publicitaria y semi-barata, desde el punto de vista humano, ¿no nos lleva (dentro del apuro y estrés cotidiano) a sentir que resolvemos temas demasiado vitales, con una limosna vergonzosa?

Parece que en nosotros, poner una mínima suma de dinero por mes, hace que brote un efecto terapéutico catalizador (inventado por la religión católica, sin dudas), pues, “ya colaboramos, ya hacemos nuestro buen gesto del día o del año, y ya estamos eximidos de toda ‘culpa’”.

Mmm...no tengo muy claro si me he explicado bien en cuanto a lo que quiero expresar, ni si he podido decir con las palabras correctas lo que siento en este tema, y fundamentalmente, sin condenar a las ONGs por sus publicidades, y sin herir ninguna parte de no sé quién, o de mí misma.

8 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Yo simplemente no daría un duro en metálico a ninguna ONG ni organización... a saber cuánto de ese dinero llega de verdad para lo que fue mandado y cuánto se "cae" por el camino o, peor aún, se invierte en armas, etc.

Lo mejor, desde mi punto de vista, es dar los productos que se necesitan, y así lo he hecho siempre: ropa, comida, etc.

26 septiembre, 2006 02:04  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Tu duda es demasiado razonable Sodlogan, y en alguna ocasión se ha hablado sobre qué porcentaje de ese dinero llega a destino, o si llega simplemente (sólo poné "fraude en ong" en Google, y alguna noticia que otra aparece)...

Pero también es cierto que en muchos lugares, se sobrevive únicamente por esas ayudas, y sólo por eso, para mí, ya es válido y necesario.

Lo que falta es transparencia en cuanto a sus gestiones y acciones finales, habría que seguirlas un poco más de cerca.

De todas formas, lo que quería decir también en este post, era en cuanto a la publicidad de las Ongs, encarando a los destinatarios, a veces, como mero producto...porque no sé yo si tanta ayuda telefónica no nos genera una 'pereza solidaria'...

26 septiembre, 2006 10:17  
Blogger Javier Úbeda Fernández ha dicho...

Te has explicado perfectamente. Es el materialismo a ultranza: todo se consigue a través del dinero, incluso la propia conciencia.

26 septiembre, 2006 16:17  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Sisi, J.Úbeda, opino igual. Pero a eso nos ha acostumbrado la Iglesia, no?. Primero pecamos, luego pagamos los pecados con limosnas y Avemarías, y al final, salimos tan libres de todo, tan perdonados y tan orgullosos.

26 septiembre, 2006 21:35  
Anonymous Anónimo ha dicho...

J.Ubeda lo explica bien, pero Llorá lo redondea.

La limosna es un invento (matizo: cristiano, no tanto materialsta que tambien) para lavar las conciencias.

En el caso de tu amigo, parece que el hecho de dar dinero le es mucho mas util a el mismo, que para el tercer mundo.

Aun voy mas lejos, tenemos un concepto abstracto del tercer mundo, para encontrarlo no hace falta irse a Africa, lo tenemos en nuestras propias ciudades.

Las ONGs juegan su papel, tienen que vender su producto y para ello tienen que usar las herramientas del mercado. No creo que ellas quieran solamente lavar conciencias, aunque saben que eso es lo que tienen que vender(nos) a la gente para conseguir sus objetivos.

Y ya me estoy enrollando demasiao. Que cruz... y a las horas que son...

26 septiembre, 2006 23:17  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Algo así, si Alfrego.

Yo para nada estoy culpando a las Ongs y además decía que su labor es más que necesaria (sobre todo por la ceguera de los 'gobiernos ricos'), lo que sí me parece que esa forma de jugar con las herramientas de marketing y 'vendernos su producto', hace que muy íntimamente nos creamos que hacemos mucho, que somos muy solidarios, y no sé si en el fondo, no es contraproducente, se pierde el mensaje.

En realidad, salvamos un poquito nuestra alma e inmediatamente nos olvidamos de mirar al costado...porque ya cumplimos con nuestro granito de arena, hasta el próximo mes, o año!

Me lío, serán las horas sí...

27 septiembre, 2006 00:00  
Blogger Javier Úbeda Fernández ha dicho...

La imagen más gráfica de todo esto son esos cartoncitos que ponen en las cajas de los hipermercados: podemos comprar 1, 3,o 5 euros de solidaridad directamente mientras hacemos la compra; exactamente igual que las patatas fritas o la mermelada. Muy humano el invento.

27 septiembre, 2006 00:33  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Muy buen ejemplo J.Úbeda!
Podemos comprarlo todo, todo tiene precio. No que en los supermercados lo encontramos todo??

27 septiembre, 2006 12:10  

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