Llorá con respeto

...acostada, decadentemente eufórica, con una botella de Grapamiel en una mano, el cigarro en la otra, lloraba, reía, volvía a llorar, enloqueciendo a mis amigas que, en su solidaridad femenina, no tenían idea de como ayudar...

1/15/2007

Sorpresas pocas

He regresado de las pequeñas vacaciones (de los ordenadores, porque nunca salí de Alicante). He de comentar, a forma de síntesis, que no he hecho mucha cosa en estos días libres de trabajo: he dormido más de lo habitual, compartí con familiares y amigos, llevé a pasear a Yerba todos los días al pastito, cociné algunas recetas nuevas (ñam ñam), leí un poco y ví algo de televisión.

Es en este último punto donde me quiero detener. Hacía tiempo que no le prestaba mucha atención a la “caja boba”, y la verdad, uno ya se marea de tanto reality y tanta vida secreta de cualquier famosote, ahora, llevados al banquillo del polígrafo (no se pierdan el de Buenafuente).
La historia parece ser siempre la misma, contar a los cuatro vientos todo tipo de intimidades. Pero una cosa es hacerlo con gente que se muestra, cobra, juega y vive de y para eso, y otra muy diferente es contar las miserias de gente anónima.

Este es el caso del espantoso programa que soporté ayer por un ratito: Sorpresa sorpresa. A los españoles, no les llamará la atención en absoluto, porque este programa ya se hacía hace unos años, y con la misma presentadora. Pero para servidora, el espectáculo de la diva Gemio y sus contoneos divinos de botas larguísimas entre el público, relatando temas tan delicados como si fuera la publicidad de unos vaqueros, significa un insulto total.
Con un desparpajo (que no debe ser fingido) la ridícula y ego-mambo Isabel, cuenta muchísimos detalles de la historia y el dolor del prójimo, haciendo alguna pausa (pero no para dejar hablar al pobre sorprendido) para mechar risitas que ni se entienden ni son necesarias, y prodigando, como si fuera poco, más sonrisas y tocamientos pegajosos al invitado joven y famoso (torero en este caso).

Me acordé de la frase: “vergüenza ajena”.

Pero también, y sin disculparla en nada (todo se podrá hacer de una forma más digna y respetuosa, ¿no?), me acordé del “cómplice”, que es quien llama a la producción del programa para darle la “sorpresa” a su ser querido, y no pude menos que preguntarme: ¿Cuántas relaciones terminarán después de tan exitoso programa?

Etiquetas: , ,

5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

El programa Sorpresa sorpresa es totalmente patético, estoy plenamente deacuerdo contigo sólo ví ayer un poco en el cual Isabel recordaba, como si hiciera falta, la gravedad del linfoma de una de las sorprendidas, como si esto añadiera valor al programa; debe ser que no es lo mismo sorprender a una persona sana que a una enferma. Hasta cuando habrá que ver en TV como se busca dar pena y lastimosidad a través de algo tan delicado como la enfermedad. Yo también sentí verguenza ajena al verlo. Gracias a Dios que lo quitan.

Pasate por mi web y dime que te parece lo que colgué.

Un beso fuerte!;)

Alfonso Bay

15 enero, 2007 23:40  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Querido Alfonso, eso me pareció, que a más pena y dolor, mejor se lo pasaban los del programa!!

Y también he notado que a esta tipa no la quiere nadie, se habla por todos lados del tema...y la verdad, es que me he cuestionado cuál es la diferencia de Sorpresa con el Diario de Patricia, y creo, que fundamentalmente pasa por el trato que la presentadora dá, de las miserias y sinsabores de la gente...

Ya me paso por tu blog, y felicitaciones por la nominación rey!!

16 enero, 2007 16:26  
Blogger Javier Úbeda Fernández ha dicho...

Cuánta razón tienes. ¡Qué buen post!

16 enero, 2007 17:38  
Blogger Llorá con respeto ha dicho...

Gracias Javier ;-)

17 enero, 2007 12:59  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Bibiana, a mí no me aparece en bogger que tenga algún comentario por moderar, no sé que ha podido pasar.

Enviamelo de nuevo porfa. ;)

Un Saludo

Alfonso Baya

17 enero, 2007 14:04  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio