Los delitos de los curas no son sólo morales
Es cierto, sí, llevo muchos días sin escribir nada. A veces sucede, por lo que sea, que uno no se puede poner las pilas en un tema determinado, por falta de tiempo, o de ideas, claro.
Dicho ésto, como excusa de 'llegada tarde', voy a lo que quiero.
Leo hoy en un artículo pequeño del 20minutos papel (firmado por J.A.G.) el siguiente titular: "Los obispos no quieren que los jueces decidan sobre la iglesia".
El tema es que el arzobispo de Granada, Javier Martínez, es acusado por coacciones, lesiones, injurias y calumnias y acoso moral, por un sacerdote que fue inhabilitado cuando cuestionó a Martínez, de quedarse con los derechos de propiedad intelectual de un libro.
El portavoz de la Conferencia Espiscopal, Juan Antonio Martínez Camino, habló sobre este asunto y dijo ayer en Madrid: "Los jueces no pueden ni deben gobernar a la Iglesia".
No sé yo cómo se manejan estas historias (jurídicamente), porque las acusaciones del cura inhabilitado, si bien pueden ser de índole moral, también son delitos: 'Coacción, lesiones, acoso moral, robo de autoría'.
Todos sabemos que si la denuncia la hace un empleado de/a una empresa, va a trámite. ¿Por qué no hacerlo en este caso? porque, ¿la empresa es la Iglesia?
Yo creo que los curas se están equivocando muchísmo. Cualquier acusación de delito (pederastia y abusos sexuales incluidos) es válida para todos los ciudadanos, y la Curia no está más arriba.
Me joroban las religiones, especialmente la Católica, y más, cuando se le da 'tanta cancha' en los temas civiles.
Que se cuiden más de meter sus narices en los asuntos del Estado, que eso sí es una intromisión.